domingo, 11 de septiembre de 2016

"El interplanetario viaje de Conito".


El interplanetario viaje de Conito

 

Érase un día en que Conito Saltarín estaba conversando junto a todos sus hermanos conitos en el suelo del tranquilo bosque, ubicado en la zona central de Chile, cuando llegaron unos hombres muy serios, que nunca habían visto antes. Conito  Saltarín, que era el más inquieto y observador  de todos, le dijo a sus hermanos: «¡Qué raros son ellos!, ¡miran todo y anotan en sus libretas!» Los demás conitos dijeron: «¡Sí!»

 

Los conitos no sabían lo más importante: los hombres de quienes hablaban eran unos científicos de la Nasa, que querían realizar un experimento con ellos para lanzarlos en un cohete al planeta Marte y así saber qué ocurría con esas semillas de pino en el planeta rojo. Después de hacer las observaciones, los científicos recolectaron las semillas, incluyendo a Conito Saltarín, los guardaron en una bolsa especial. Los conitos no entendían nada, sólo de un momento a otro se vieron dentro de aquella oscuridad, sin cielo ni bosque.

 

Pasadas unas horas, llegaron al centro de despegue en el desierto de Atacama. Allí sacaron a los conitos de la bolsa y los depositaron al interior del cohete. Todos los científicos estaban muy nerviosos por el experimento, ya que, como siempre en Chile, algo falla. Mientras tanto, Conito Saltarín hacía gala de su segundo nombre y saltaba como nunca para tratar de salir de ahí, pero todo era en vano. Fue en esos instantes cuando el cohete logró despegar y todos los conitos gritaban por el fuerte movimiento del ascenso.

 

¡No puede ser!, ¡algo falló en el despegue! El cohete se desintegró cuando justo llegaba a Marte. Los pobres conitos tuvieron suerte, porque gracias a la astucia de Conito Saltarín y sus saltos, hizo que escaparan por un pequeño orificio del cohete cuando éste comenzó a incendiarse y así pudieron salir ilesos, pero quedaron dando vueltas por el espacio.

 

Conito Saltarín, no contento con esto, siguió intentando saltar, cosa difícil en la ausencia de gravedad, pero para él no hay imposibles. Después de mucho rato, logró su objetivo: descubrir un nuevo lugar, que era Marte. Allí se encontró con unos marcianos, quienes extrañados de su presencia, le preguntaron: «¿Quién eres?» Él respondió, sin muchas expectativas de que le comprendieran, ya que los humanos nunca lo hicieron, y les dijo: «Yo soy Conito Saltarín y vengo del planeta Tierra. Los humanos me expulsaron a mí y mis hermanos, porque ellos son tan egoístas que quieren el planeta para ellos solos.» Los marcianos, tan conmovidos por el relato, decidieron adoptar a Conito Saltarín y a sus hermanos.
(Cuento por Francisca Pérez).

domingo, 4 de septiembre de 2016

"No solté la uva".


No solté la uva.

 

(Microcuento por Francisca Pérez 31 de Agosto de 2016)

 

Me puse a comer unas uvas que estaban sobre la mesa, todo estaba en silencio, ideal para mí.

Los granos son mi especialidad, entonces mis dientes mascaron  con toda confianza, pero de repente llegaron los dueños de la casa o por lo menos eso creo yo (en estos tiempos ya no se sabe quién es quién).

Del susto ni sé cómo me bajé de la mesa, pero no solté unos granitos que tenía en mi hocico y corrí a esconderme en mi agujero.

Yo no sé si arranco por timidez o por sobrevivencia, los humanos nos ven en sus cosas y nos atacan como si fuéramos unos delincuentes y nosotros los ratones, tenemos que vivir y para eso hay que comer bien y en sus casas encontramos lo necesario.